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2 años...dan para mucho

A veces uno echa la vista atrás y se sorprende del largo camino que ha recorrido en lo que parece ser el ayer. En la lejanía han quedado muchísimas cosas de toda clase. Todo se podría resumir con una palabra ,de la que ya hablé hace un tiempo: Cambios

Cambios¿Cambios? En la siguiente salida

Y es que, el paso del tiempo y las circunstancias que vienen, muchas veces ajenas a nuestra voluntad, modifican nuestra vida entera. Estudios que pasan a ser trabajos, "amigos" (si me lo permitís lo escribiré en cursiva y entre comillas) que dejamos atrás sin interes en recuperarlos (a la mente me viene el dicho: Con amigos como esos ¿Quién necesita enemigos?), amores y desamores...

Con tantos cambios, no sé si os habrá pasado a vosotros, pero ha habido momentos en los que me he sentido bastante perdido. Por suerte en la vida de cada persona hay algo que nos hace sonreir, que nos evade de nuestros problemas por un instante que desearíamos convertir en una eternidad. A mi me ha pasado esto con canciones, lugares, personas... y sobre todo con una persona. 

Las relaciones humanas no son fáciles. A esto falta sumarle que los mortales (y mi habitación :P) tendemos al caos y no al orden, y por ende a complicar más las cosas. Cuanto más compleja es la persona, más le cuesta superar ese obstáculo y seguir adelante con su vida. 

Hace ya dos años que pensé en cerrar mi blog con un artículo que escribieron mis lágrimas y mi miedo. Estaba aterrorizado al ver como en a penas unos días toda una relación importantísima para mí parecía haber llegado al punto de no retorno. Miedo... a los cambios que habían sucedido sin buscarlos. ¿Quién les advertiría de mi felicidad para venir a estropearlo todo? ¿Por qué a mí? ¿Por qué así? Preguntas... Todo eran preguntas sin respuestas, y mi mente se cansaba de darle vueltas al asunto.

Por suerte, no todo es malo en esta vida. Solo faltaba algo... un cambio, ¿Por qué no? También hay cambios buenos. El problema es que los deseamos tanto y tan pronto que no vemos el momento de que lleguen. Al igual que todo río sigue su cauce, nuestros deseos tienen que desarrollarse y acabar viéndose realizados a su debido momento. No antes. No después. Unos sabios escritos dicen que La expectativa pospuesta enferma el corazón. Fácil de leer y entender, difícil de aceptar. Todos sin excepción y por diferentes asuntos hemos pensado: Lo quiero, ¡Y ya!

La vida recompensa a aquellos que saben esperar. Un tren que va más rápido de lo permitido no puede tener otro fin que descarrilar en una curva cerrada. Hoy en día, uno mira a su alrededor y, en sentido amoroso, ve trenes presumiendo de su alta velocidad. Luego mira su locomotora pasada de moda comparada con los demás que acaba de encender la caldera y no puede evitar sentir cierta envidia por los pasajeros del veloz Tren Bala. Pero, ¿Sabéis qué es lo mejor de viajar en una locomotora?

La cantidad de momentos maravillosos que puedes atesorar durante el largo viaje. Paisajes, olores, momentos, risas, llantos y sus correspondientes ánimos... Las personas que han cogido la vía Express del amor, tristemente mirarán atrás y verán recuerdos borrosos o distorsionados por la velocidad  a la que viajaban. Recordarán a los pasajeros de la vieja locomotora bajando de la mano con una gran sonrisa y sentirán un vacío en su interior. Ellos llegaron antes a su destino, pero no hay que olvidar lo que se dejaron en el camino, y cómo esto les afectará a la hora de ser capaces de afrontar lo que les depara el futuro sin una base de respeto, cariño, interés, humildad, bondad, franqueza y sobretodo paciencia, entre otras muchas cualidades.

Algunas personas suelen decir: "¿Qué le vamos a hacer? Así va el mundo." Pues sí, así va. Pero lo importante es poder añadir un pequeño matiz... Un solo cambio en esa frase que puede significar mucho. "¿Qué le vamos a hacer? Así va el resto del mundo". 

Firmado, un pasajero de la vieja locomotora que sigue disfrutando cada día más de su viaje, sin acordarse de aquellos que en esta vida cogieron la vía rápida y más tarde anhelarán haberse subido al mismo transporte que yo... y por supuesto, ella. Pero de eso ya hablaré más adelante. 

Espero que esto sea una vuelta definitiva. No prometo nada, pero ganas no me faltan.

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