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Quieres saber lo que pienso? Pasa, lee, y sabrás cómo me siento...

Las segundas oportunidades

 

Fingiré que te abrazo hasta que llegues aquí

 

El otro día hicieron por la televisión la película PayCheck. No se si la recordaréis, en ella el protagonista (Ben Affleck) es un inventor que trabaja para ciertas empresas mejorando los productos de la competencia y después de cada producto le borran la memoria para evitar cualquier problema. Tras un proyecto de 3 años, se da cuenta que lo han engañado y que por algún motivo él renunció a una gran cantidad de dinero que le reportó dicho trabajo. Sin esos tres últimos años de su vida, se embarca en la aventura de descubrir por qué renunció a esa suma de dinero. Pues bien, en esta película también sale Uma Thurman, su novia durante el proyecto, la cual conoce en una fiesta. Uma le repite a Ben en varias ocasiones durante el transcurso de todo el film, la frase: “Te das muy pronto por vencido… ¿No crees en las segundas oportunidades?”

Esta frase me vino ayer a la mente, y no fue por casualidad. Nada más entrar a un kebap donde estaban unas amigas mías, me encontré a dos caras conocidas. Eran los padres de ella. Me quedé mirando la cara de la madre, ella me había reconocido, pero mi instinto hizo que rápidamente mirara a la silla contigua esperando que allí estuviera ella. Para mi desilusión, la silla estaba vacía, y no voy a mentiros, yo también me sentí un poco vacío. Es una historia muy larga, pero que me trae buenos recuerdos y que me apetece contar para quien le interese leerla.

Todo empezó un verano de 1997, cuando yo tenía 7 años. Como cada verano, mi familia y yo, íbamos de camino a Almería en nuestra Ford Transit blanca. Aquel verano sería algo especial, y no me lo imaginaba. Junto a nosotros viajaban mis tíos y mis primos. Un día íbamos a una playa donde nos íbamos a encontrar con una familia que yo aún no conocía, pero no me imaginaba lo que poco después sucedería. La familia desconocida tenía una hija algo menor que yo, casi dos años. Aún recuerdo los días en la playa, compartiendo flotador con ella, explorando las playas junto a ella… Fue un gran verano, corto, pero intenso. Solamente tenía 7 años, pero algo pasó aquel verano. Después de aquello no fui el mismo, tan solo la veía en ocasiones especiales y nunca me atrevía a hablarle. ¿Se acordará de mí? ¿Recordará aquel maravilloso verano? Eran preguntas que me hacía cuando la veía y que nunca me atreví a obtener respuesta. Creo recordar que una vez la saludé, digo creo, porque no se si lo soñé… Tras 8 años, a mi edad de 15, decidí decirle algo porque estaba ya que no podía más. Gracias a la colaboración de una amiga mía, obtuve su dirección de email. Con la “excusa” de mandarle una foto de aquel verano, empezamos a hablar. Pero poco después perdimos contacto.  Así que un día me armé de valor y le escribí una carta, y ya que tenía su email decidí enviárselo. Los días pasaban, pero no perdía la ilusión. ¿Qué sería yo sin mi ilusión? Tras meses sin respuesta, ya era obvio que algo pasaba. O nunca leyó la carta, o nunca pensó en responderla. El consuelo que me quedó de esa situación es que al final se lo dije, pero lo que aún resuena en mi mente es: ¿Lo hice demasiado tarde? Si erais unos críos, algunos pensarán. Pues sí, pero en la carta simplemente mostré mi alegría por haberla conocido, y mi esperanza de ser amigos en el futuro. No pedí, exigí, ni mostré nada más que el deseo de conocerla sin compromiso alguno por ninguna parte. Pero bueno, de momento me conformaré con verla de lejos en ciertas ocasiones. 

¿Fin de la historia?

Volvemos a la situación de ayer, cuando yo la buscaba sentada al lado de su madre. Ella no estaba, y eso me dejó pensando… Mientras estábamos sentados, mantuve una conversación con una gran amiga mía que conoce la historia… fue algo así:

-M: Si hubiera estado ella ahí ¿hubiera cambiado lo que sientes ahora?

-J: No, es algo pasado. Querido pero pasado.

-M: Si ya, pero fueron muchos años

-J: 8 exactamente

Después de eso lo estuve pensando, y mucho. Y más tarde se lo dije. Lo que yo sentía por ella era algo ciego, pues no sabía como era, simplemente como fue conmigo unos días de un verano de hace tiempo. Simplemente quería conocerla porque ese verano me pareció que teníamos cosas en común, pero no pudo ser. Creo que esto fue debido a que dejé escapar esa oportunidad. Son tantas las veces que me la he encontrado (y no de casualidad) y no he sido capaz de decirle nada, tantas las veces que la buscaba y veía como se alejaba… Tras eso, solo me queda una lección aprendida. Quizás si le hubiera dicho algo, a día de hoy seríamos amigos que era lo que yo desde un principio buscaba. Pero eso se quedó simplemente en un deseo, y estoy seguro que fue por mi falta de decisión.

A día de hoy, puedo decir que no estoy dispuesto a que me pase lo mismo. Una vez mi madre me dijo que era un ejemplo de lealtad a una persona, eso me halagó, pero a la vez pensé que no me sirvió de nada pues aquella chica eso no lo sabía. Llegué a estar así 8 años por alguien a quien quería conocer y la dejé escapar. Ahora arrepentido de cómo llevé las cosas (producto de mi timidez), solo puedo esperar una segunda oportunidad en la que ella me brinde su amistad.

A pesar de todo y como ya he dicho, nada cambiaría lo que ahora siento, y lo que ahora me mueve. Yo no pienso dejar escapar a esa persona que me llena… la pregunta es… ¿y tú? ¿Estás dispuesto/a a ver como se aleja esa persona? ¿Estás seguro/a de querer pagar tan alto precio y confiar en una segunda oportunidad?

 

Ayer te busqué, pero había alguien a mi lado.

Ayer en ti pensé, pero es cosa del pasado.

 Lo siento fui tonto y te dejé escapar

 Te prometo que con ella eso no pasará.

 

Espero que os haya gustado mi historia ;)

Saludos,Jairo!

 

3 comentarios

Cintia -

Se me olvidaba algo: perdón por hacerte daño, no eran mis intenciones

Cintia -

Bueno, pues como siempre te digo: me gusta mucho la forma que tienes para expresarte.

Piensa que las cosas no van siempre como queremos o querríamos, simplemente pasan y hay que aceptarlo. Y como tu bien dices: a pesar de todo nada cambiaría lo que ahora sientes. Te toca olvidar y seguir con tu ilusión que ahora es lo que de verdad te importa.


Muchos besicos!

Israel -

Bien ... va mejorando la cosa. Un detalle insignificante pero que si no lo puntualizara no sería yo: "halagar" con H. Por lo demás genial.
En cuanto al contenido. Todos nos cruzamos con personas especiales que dejan huella, sea a la edad que sea, y dejan esa huella porque nuestro corazón se lo permite. Con el paso del tiempo algunas de esas huellas se borran porque debemos hacerlo para subsistir o bien porque realmente no eran tan profundas.

Adéu!